e hënë, tetor 24, 2005

UNA HISTORIA DE VIOLENCIA

Siempre me ha parecido que David Cronenberg era un director encasillado injustamente en el género fantástico o de terror. Si bien ha realizado muchos films adscritos a ese género, también ha realizado películas muy apreciables como Crash o Madame butterfly pertenecientes a otros géneros y, en general, demuestra una coherencia en toda su filmografía en su búsqueda de los rincones más oscuros del alma humana. En Una historia de violencia Cronenberg reflexiona sobre la violencia y sobre la posibilidad de redención para dejar de satisfacer los impulsos violentos y llevar a cabo una vida normal.
De manera inmediata, asocié el film a Sin perdón, esa gran obra maestra de Clint Eastwood. También podemos poner la película en conexión con algunos westerns de Anthonny Mann, claramente con Winchester 73, pero también con Horizontes Lejanos. En todos estos films se plantea la posibilidad de redimirse de un pasado violento con la paradoja que no es posible hacerlo sin recurrir de nuevo a la violencia.
La película está filmada de manera lacónica y concisa, sin andarse por las ramas, y el espectador agradece ese ejercicio de sencillez y contundencia que no da pie a que ninguna escena nos resulte aburrida. La aparición de los sicarios en la primera escena nos conduce a un climax de violencia que no nos abandonarà en toda la película salvo para dar el contrapunto que supone la vida familiar, absolutamente plácida, de la cual disfruta el protagonista y su familia en la primera parte de la película. El personaje que encarna Vigo Mortenssen necesitara de la violencia para retornar a su apacible vida en una ciudad perdida del medio-oeste americano, tanto respecto de los matones que le persiguen con insistencia como en su ámbito familiar donde tendrà que reivindicar su posición ante su hijo y esposa, y reencontrar su lugar en el sueño americano del que tan alejado estuvo y que está en serio peligro de perder para siempre.