e mërkurë, gusht 31, 2005

ASTURIAS (III)

El viernes empezamos la jornada en Llanes, un pueblo costero en el que lo más destacable es un paseo marítimo que discurre siguiendo el curso de un acantilado y por el que es muy agradable pasear oyendo el batir de las olas. También tiene un casco histórico medianamente conservado. Se hizo la hora de comer y resultó ser un desastre el sitio escogido, pero... Después de comer, exploramos la costa que se extiende desde Llanes a Ribadesella. Por un lado visitamos la curiosa playa de Barro, en la que el mar llega a la arena por debajo de una gigantesca roca, por lo que la playa queda completamente cerrada; no es muy recomendable para bañarse pero sí es muy curiosa. Luego estuvimos en el cementerio de Niembro y tuvimos que echar mano a la imaginación, porque lo más bonito hubiera sido visitar el lugar cuando la marea está alta y las aguas hacen desaparecer la playa y alcanzan los muros que rodean al pequeño cementerio; con esas condiciones marítimas y en un amanecer con neblina, el paseo por el cementerio hubiera sido digno escenario de un cuento de terror gótico de Edgar Allan Poe. Antes de llegar a Ribadesella, visitamos otra playa, llamada de la cueva solitaria, en la que las rocas, horadadas por el efecto del agua, configuran una bonita estampa que dió lugar a diversas fotografías.
Ribadesella es una población en la que, como es obvio, desemboca el río Sella. Tiene un apreciable casco histórico y un importante puerto pesquero y recreativo. En esta población han dejado huella los indianos, que marcharon a las Américas y dejaron a su vuelta algunas constucciones edificadas a principios del siglo pasado.
Para terminar el viaje, y antes de emprender el domingo el regreso a Barcelona, realizamos una excursión por uno de los puntos más importantes de los Picos de Europa acercándonos al río Cares. Lo óptimo hubiera sido ir a Poncebo e iniciar una ruta de 13 Km. hasta Caín andando, siguiendo el curso del Cares, y volviendo al punto de partida. Además, desde Poncebo sale el funicular que te conduce hasta el Naranjo de Bulnes. No pudo ser, por las pocas ganas de hacer senderismo de algún miembro del cuerpo expedicionario y, después de un viaje de dos horas por unas carreteras estrechas y difíciles en plenos Picos de Europa, llegamos a Caín, pueblo pequeñísimo que pertenece a la provincia de León, e iniciamos una ruta de, entre ida y vuelta, unos cinco kilómetros. El río Cares se desliza suavemente por un desfiladero en el que sobresalen unos altísimos picos y la ruta diseñada parte del nivel del río y luego va ascendiendo hasta que nos elevamos quedando muchos metros por encima del curso fluvial. No puedo comentar toda la ruta hasta Poncebos pero, por el rato que andamos, que fueron dos horas y media aproximadamente, es una ruta muy bella y saludable.

1 Comments:

Blogger Jordi said...

Otro año hay que caminar mas, pero la verdad es que después de tu descripción apetece darse una vuelta por Asturias

3:41 e paradites  

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