e martë, korrik 12, 2005

"MÉS QUE..."

Estamos en un país en que todo se exagera hasta límites insostenibles. Tenemos, por ejemplo, un club de futbol que es "més que un club" o una entidad financiera que es "més que una caixa", y que son dos de los grandes elementos que vertebran el país. Así, resulta que "El cor de la ciutat" ha sido "més que un culebrón" y así se pudo comprobar en la macrogala efectuada desde el Teatre Nacional de Catalunya, con una parafernalia digna de los Òscars. Hubo un amplio despligue de medios para ofrecer la gala que cerraba la temporada del culebrón, conducida por Albert Om, que hace años analizaba todas las cosas ridículas de allende el río Ebro, con nulo espíritu de autocrítica hacia lo que se hacia aquí, en su sección "Altres límits" del programa que presentaba Toni Soler.
Se ha dicho que TV3 ha dignificado el culebrón con los productos realizados en ese género. Creo que lo más notable han sido los actores que participaban, que en muchos casos son gente que proviene del teatro y tienen un alto nivel interpretativo. Pero otra cosa son los argumentos, y de las diversas líneas que nutrían la serie, había algunas que provocaban vergüenza ajena y sorprendía el hecho que alguien cobrará por escribir algunos guiones. Se me antoja que es un ejercicio hiperbólico mayúsculo el glorificar esta serie como si fuera la mejor serie dramática que se ha hecho en la historia de la televisión. Y la gala del pasado domingo fue bastante ridícula.
Este espíritu del "més que..." da frecuentemente resultados divertidos. También ahora hay la ponencia de l'Estatut que, por el show mediático que conlleva, es "més que una ponència". El problema es que se ha convertido en algo de lo más parecido a una película de los Hermanos Marx.