TELEVISION EN VERANO

Sin ánimo de comenzar un largo debate, quiero manifestar que discrepo con el amigo Vicens y que me ratificó en que mi prueba favorita de Gran Prix es la del rompepuertas. Es verdad que en la de los troncos las piñas son más espectaculares, pero se requiere una cierta habilidad y en el rompepuertas es la fuerza bruta, es la tontería porque sí.
Siguiendo con la TV en verano creo que se tendría que reponer "Ay, qué calor!" en la versión italiana con Umberto Smaila y doblado por encima al castellano que quedaba muy cutre. Lo que pediría es que fuera en horario vespertino, a eso de las siete u ocho de la tarde, porque mi generación ya no puede ( o al menos yo que estoy muy cansado) quedarse hasta ciertas horas de la madrugada. Creo que sería un programa simpático y didáctico para los niños. Es mucho más sano ver tías en pelotas que no las obscenidades de "El diario de Patricia", donde sale una chica que acude al programa porque el título es "me llevo bien con mi suegra" y luego la Gaztañaga le interroga sobre lo que a ella le interesa, que su padre había cometido abusos sexuales con ella; o un chico que acude al programa "Reencuentro con la familia", y en directo se le da la noticia que su madre murió hace unos meses.
Y es que la tele ha cambiado. Lo que nos escandalizaba hace diez o doce años, vemos que ahora es gloria comparado a lo que tenemos. Por ejemplo, el programa "La máquina de la verdad" resultaba inocente, pues los temas eran saber si Espartaco Santoni se había tirado a Susana Estrada, si Jesús Gil había comprado un partido de futbol o si Jimmy Giménez Arnau había vendido una exclusiva. Además el recordado profesor Guelb exponía una teoría y disculpaba a los invitados cuando habían mentido, excepto con el santón de Baza, que veía a la Virgen, y del cual dijo que no solo mentía sino que además sabía que mentía.
En cambio, la versión que se podía ver hasta hace poco, "La hora de la verdad", era más heavy. Se trataba de una mujer que llevaba al programa a su hija adolescente para saber si se drogaba y se prostituía o un señor que, tras descubrir que uno de sus hijos no era suyo, llevó a toda su prole al programa siguiente para verificar la paternidad de todos ellos.
En fin, también propongo la reposición de "Verano azul". Aquí lo propongo por maldad, para que las nuevas generaciones sufran el desgaste de neuronas que suponía ver esa serie. Si no la reponen toda, que lo hagan al menos con el episodio de la menstruación de Bea, el de Pancho perdido en la cueva, el de la inmobiliaria que quiere echar a Chanquete y cuando los niños hablan al revés y Barrilete se convierte en Telerriba.