BROWN VERSUS BENEDICTO

Aún coincidiendo con Vicens en que estamos ya un poco hartos de Carlinhos Brown y sus festivales de samba, si hoy estuviera paseando por Madrid preferiría ir a su rúa carnavalera que no a la gran manisfestación convocada por la Iglesia. Y eso aún sabiendo que no habrá algo tan divertido como lo que pasó en Barcelona, y que Ruiz Gallardón y Ana Botella no bailarán haciendo el ridículo (de hecho, la segunda es más probable que esté en la manifestación).
Lo más divertido de la manifestación es que se realiza porque sienten que se está atacando el concepto de familia. ¿Quién está atacando este concepto? Lo que pasa es que su concepto de familia es muy estricto para los nuevos tiempos. Hoy se manifiestan contra las bodas entre homosexuales, pero mañana podría ser contra las familias monoparentales, que tampoco entran en sus esquemas. Si Ana Botella dijo algo así como que no se podían juntar una pera con una manzana, entonces también es aberrante que se quede la manzana sola.
Creo que, si se avecinara una grave crisis económica, cosa que podría suceder de aquí a algún tiempo, la Iglesia podría, como centro de poder que ha sido y es, recuperar parte del terreno perdido. La necesidad puede ser el mejor camino para conquistar adeptos. Pero si siguen sin variar un ápice su discurso, en el tema del control de la natalidad, concepto de familia, etc., sean cuales sean las circunstancias, irán perdiendo su área de influencia en la sociedad.
En todo caso, para hablar de homosexuales y de sus derechos, lo primero que tienen que hacer es poner su propia casa en orden, que lo descubierto sobre la afición que tienen a dar unas peculiares clases de sexualidad a los niños, es muy posible que sólo sea la punta del iceberg.